por Pamela Eleonora Ares Álvarez
Así titula como nota de tapa el Diario
Perfil del día domingo 16 de septiembre, "Brigadas contra las Cacerolas", haciendo referencia a
las organizaciones kirchneristas que se agrupan bajo el lema Unidos,
Organizados y Solidarios. Las imágenes fotográficas de la nota, son de una
actividad llevada a cabo en la sede de FOETRA, donde se debatió sobre el voto a
los 16.
Singularidades de la historia o no, hoy
se cumple un aniversario más de "La Noche de los Lápices", cruento episodio de
un capítulo negro de nuestra historia nacional, cuando en la ciudad de La Plata
(ciudad eminentemente estudiantil), en el año 1976, varios estudiantes secundarios fueron
secuestrados por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y la
Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida por el general Ramón Camps.
Aquella noche 16
estudiantes secundarios fueron violentamente secuestrados, por participar en
agrupaciones vinculadas a los centros de estudiantes que habían reclamado,
entre otras propuestas, un boleto secundario de tarifa social. Era una juventud
que luchaba por un país con justicia social.
Singularidades de
la historia o no, nada dice este
matutino sobre tal atroz y sangriento hecho, mientras que utiliza el término "Brigada" para referirse a las agrupaciones kirchneristas…
El ejercicio de la
violencia simbólica, parece ya no tener límites en los medios de comunicación,
la fabricación de estereotipos y de conceptos que generan una construcción de
la realidad con el único objetivo de generar más adherentes a su "difamación
legítima". Tal es así que un
lector/a que consume estos medios, podría no percibir algo oculto, y creer en
el mejor de casos que se trata de una simple coincidencia y que la fotografía
es una más dentro de las muchas que los medios de comunicación refieren en sus
hechos noticiosos. Sin embargo, sabemos
que esta práctica revela hechos ocultos, historia, tradición, dominación, y el
uso, por supuesto, de la violencia simbólica (en este caso, mediática). No hay
en la imagen y en su tratamiento editorial asomo alguno de inocencia o
ingenuidad.
Brigadas contra las
cacerolas, oculta un significado histórico de una construcción simbólica dentro
del imaginario colectivo en nuestra sociedad. Veamos por qué…
La Real Academia
Española define el término Brigada como: unidad orgánica
compuesta por varios regimientos o batallones y mandada por un general. De esta
definición podemos inferir que las agrupaciones kirchneristas están
organizándose en regimientos o batallones para operar de modo violento y
coercitivo contra "las cacerolas". Gestándose un contra ataque, para operar de
modo violento y organizado sobre manifestaciones sociales, en este caso "las
cacerolas".
Existe allí, en términos de construcción
de discurso una disociación entre el concepto y referente, es decir, la
definición de brigada y lo que real y concretamente es "Unidos y Organizados".
El uso de la frase "Brigada contra las
cacerolas" despierta la idea de violencia, de armas, de odio de clases o entre
sectores de las mismas, de coerción, de uso de la fuerza, de dominación de un
grupo por sobre otro, de restricción de libertades, de intimidación, y sobre
todo, de miedo.
En la construcción mediática, "Cacerolas
vs Unidos y Organizados" está representada bajo los siguientes estereotipos
conceptuales:
Las
cacerolas son: no partidarias, entendiendo lo partidario como
algo negativo y "desacreditante",
horizontales en su conformación de grupo, auto-convocadas como algo natural y
genuino, con reclamos legítimos y, por sobre todo, autónomas. Mientras que "Unidos y Organizados" es decir "La Brigada
contra las cacerolas" son: partidarias (como algo negativo dentro de la
organización de la participación social), verticales en su conformación de
grupo, heterónomas, entendiendo esto como aquel grupo que está sujeto a un
poder externo o que impide el desarrollo de su voluntad de espíritu crítico.
Singularidades de la historia o no,
hoy a 36 años de aquel terrible hecho, con secuestros y desaparición de
estudiantes secundarios, la "Brigada contra las cacerolas", está debatiendo la
ampliación de un derecho cívico, la posibilidad de que los jóvenes voten
optativamente a partir de los 16 años, y los constructores de la realidad
mediática y discursiva de todos los días nada dicen de ello…
Dejemos claro, como diría el sociólogo francés Pierre Bourdieu,
que "Creer la mentira no es
precisamente un acto de inocente credulidad. Creer la mentira es, de hecho,
crear la verdad". Ya que dentro de la construcción del poder
simbólico "Lo falso está dentro del
circuito de la verdad". Por ende, la no-verdad, está excluida.
Sabemos que los medios masivos de comunicación pueden ir mucho más lejos, con
toda impunidad, a propósito de personas o de sus acciones o de sus obras, e
incluso con la investidura presidencial, porque sabemos que ellos tienen el
monopolio de la difamación legítima.
Estas prácticas son parte de estrategias construidas
socialmente en el contexto de esquemas asimétricos de poder, caracterizados por
la reproducción de los roles sociales, estatus, género, posición
social, categorías cognitivas, representación evidente de poder y/o estructuras
mentales, puestas en juego cada una o bien todas simultáneamente en su
conjunto, como parte de una reproducción encubierta y sistemática.
No existe en
la actualidad un espacio más plural de origen y de acción, más heterogéneo en
su composición que Unidos y Organizados. Lejos de ser una Brigada contra algo,
es el conjunto de agrupación que se manifiestan a favor de algo. Son miles y
miles de personas de diferentes organizaciones políticas y sociales que salen a
militar todos los días con amor y convicción por un país que contenga la
inclusión y la realización de los 40 millones de argentinos.
Singularidades
de la historia o no,
hoy tenemos un gobierno Democrático Nacional y Popular con una "Brigada" que
brega por la ampliación de derechos, la redistribución del ingreso y la
justicia social, mientras que hace 36 años teníamos un gobierno Cívico Militar
que reprimía, secuestraba y desaparecía a aquellos mismos jóvenes que a los que
hoy se les pretende extender un derecho…
Singularidades
de la historia o no, la
complicidad y la anuencia parece no haber cambiado. Hoy mientras algunos
recuerdan y reivindican a los 16 compañeros y compañeras secuestrados hace 36
años, otros a las Brigadas…