Por Oscar Gatica (*)
Aquel 27 de octubre de 2010 se nos iba, imprevistamente, Néstor
Kirchner. Hasta para morir tuvo su estilo propio, ese que tantas veces
le sirvió como iniciativa política; hacer lo inesperado. Y ese día nos
sorprendió a todos. A nosotros dolorosamente.
Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada como ese viento del sur que
conocemos los pampeanos; el que despeja la tormenta y pinta de azul el
cielo. Traía una historia de militancia y de convicciones forjadas en
sus años juveniles de estudiante en La Plata. Fue parte de la gloriosa
JP. En un ámbito adverso enarboló su condición de peronista.
Su vida estuvo signada por el compromiso con ideales y causas justas
que nunca abandonó. Instalada la dictadura cívico militar de 1976 marchó
al sur, a su tierra; y con él fue Cristina. A ella confió sus sueños de
ser Gobernador. Antes fue Intendente y después llegó a la gobernación
de Santa Cruz. Allí supo hacerse amigo y compañero del ex Gobernador Don
Jorge Cepernic, una especie de Regazzoli pampeano.
En el 2003 la mayoría del pueblo argentino no lo conocía. En el
peronismo tampoco éramos muchos los que sabíamos de su historia
militante. Empezamos a conocerlo de a poco. Lo cierto es que fue uno de
los tres candidatos de origen peronista que se presentaron en las
elecciones de abril de 2003. Menem obtuvo el 24% de los votos y Kirchner
el 22%. Algunos tuvimos el honor de ser parte de ese 22%.
En La Pampa el entonces Gobernador Marín apoyó a Menem, y cuando éste
tenía que ir a una segunda vuelta electoral lo asesoraron para que se "bajara" de su candidatura. Entonces Néstor llegó a la Presidencia con
escasa legitimidad electoral. Se transformaba así en "presa fácil" de
los poderes corporativos. El diario La Nación se dio el lujo de
pretender imponerle públicamente un programa de gobierno.
Desde ese histórico 25 de mayo de 2003, cuando asumió la Presidencia,
dejó de ser el "Chirolita de Duhalde", que algunos auguraban, y pasó a
ser un Presidente con todas las letras. Hizo mucho más de lo que
esperábamos y se transformó, a fuerza de pura acción y decisiones, en el
líder que necesitábamos los peronistas y el pueblo argentino. Con su
firme conducción la larga noche neoliberal comenzaba a quedar atrás.
Terminado su mandato en 2007, tenía una alta intención de voto, y
podía ser reelecto. Prefirió que fuera "pingüina" y la candidata fue
Cristina. Ella ganó las elecciones con el 45% de los votos, y tuvimos a
una Presidenta como pocas veces vimos. Profundizó los cambios, y con la
Resolución 125 -apoyada por los leales al proyecto nacional y popular-,
se enfrentó a las corporaciones de las patronales rurales y de los
medios de comunicación. Entonces, como dijo Néstor; se recibió de
Presidenta. En el año 2009, en el peor escenario electoral, no dudó en
ser candidato a Diputado nacional. Un gesto de convicción, valentía
política y amor a su compañera. Un año después fallecía a su lado.
La historia juzgará sus méritos de político y gobernante. Nosotros
creemos que estará entre los Presidentes más relevantes en la defensa de
los intereses nacionales y populares, y de los que más bregó por la
unidad de la Patria Grande Latinoamericana, el sueño de nuestros
próceres.
Néstor fue un patriota que vivió nuestro tiempo. Por eso Néstor vive en nuestro pueblo.
(*) Oscar Gatica difundió el documento de la agrupación local "JP de los '70"
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